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Guía para crear tu itinerario formativo

En mayor o menor medida, estamos siendo cada vez más conscientes de la importancia de crear una propuesta de valor que responda a las necesidades del mercado laboral, de actualizar nuestros conocimientos y elevar el nivel de desarrollo de nuestro talento.En definitiva, va calando la necesidad de desarrollar nuestra marca personal de forma constante para mantenerla saludable y relevante para lo que el mundo necesita de cada uno de nosotros.

El entorno laboral cambiante nos da innumerables razones para encontrar en los recursos de formación una excelente vía para promover nuestra empleabilidad y entrenar así lo que se conoce como learnability (nuestra capacidad para aprender, desaprender, tener curiosidad y poner en valor nuestros conocimientos). Además, nos encontramos en la era de la democratización de la información y gracias fundamentalmente a la red, actualmente podemos optar a infinitas opciones de formación, a distancia, presenciales, globales, intensivas, abiertas… de todos los tamaños y colores. 

Este amplio marco de posibilidades crece según lo hace la velocidad a la que todo cambia y avanza en este mundo globalizado, lo que implica la necesidad de ser dueños de nuestro propio itinerario formativo. El desarrollo de nuestras carreras ha de ser continuo, constante y actualizado, a través de una formación tanto formal como informal. Sin embargo, debido precisamente a ese auge de soluciones formativas y a lo fácil que es hoy en día crear un curso on-line, un webinar, un recurso e-learning, asistimos también al aumento del riesgo de padecer síndrome de formación inconsciente.

¿A qué me refiero con síndrome de formación inconsciente?

Al uso y abuso de la formación, como parche de lo que entendemos que son nuestras carencias para poder desempeñar nuestro trabajo o desarrollar nuestra marca personal. Cuando la evaluación de lo que “nos falta” no viene del auto-conocimiento, la puesta en práctica y el feedback de nuestros talentos, puede estar viniendo de una apreciación sesgada que en muchas ocasiones surge de la inseguridad y el miedo. Ahí es donde podemos caer en la trampa de elegir un recurso de formación con el objetivo de ser o tener algo que creemos que nos falta, desde el miedo y la mentalidad de carencia. Y viene una formación para ser creativo porqueno soy creativo. Formación intensiva de 3 días para ser un experto en x metodología porque necesito ser experto. Formación de esta certificación que me falta para que los demás crean que soy bueno en lo mío y a ver si de paso me lo creo yo también.

Si además te topas con propuestas salidas de la epidemia de un discurso funesto de venta, que te avisa de que no podrás conseguir trabajo, tener clientes o ser profesional si no te enchufas esos 5 vídeos en formato webinar de Pepito Pérez Experto de expertos, se complica lo de ver con claridad lo que de verdad necesitas.Yo misma me he encontrado en más de una ocasión eligiendo un recurso formativo desde la inseguridad de no saber cómo abordar un cambio profesional, los retos de una nueva posición o tras leer el perfil de LinkedIn de algunos de mis referentes profesionales. Por eso te hablo desde la experiencia personal en primer lugar y la profesional como orientadora y formadora en segundo.

Tanto al acompañar a una persona en un proceso de cambio o transición profesional, como cuando colaboramos en la gestión estratégica del talento y la cultura en empresas, el tema de la formación es uno de los primeros que se aborda. La clave para entender si una formación es la solución adecuada, es analizarla desde tu propuesta de valor, comprender la necesidad desde tu conjunto de fortalezas, debilidades, amenazas y oportunidades 

Por eso hemos creado una herramienta basada en el mítico DAFO para ayudarte a identificar de dónde puede venir tu percepción de necesitar formación en alguna habilidad o conocimiento, y que así puedas tener más claridad para tomar una decisión consciente sobre tu formación.

Cómo habrás visto en la imagen, en cada cuadrante hay una breve explicación y una serie de preguntas que sirven para evaluar qué factores impactan en nuestra propuesta de valor y desempeño y cómo podemos verificar si la formación (y cuál) es la respuesta para elevar nuestro nivel de desarrollo.

Si bien esta herramienta puede ser un buen punto de partida, lo ideal sería recurrir a un profesional que disponga del conocimiento y los medios para evaluar con herramientas e indicadores nuestro nivel en determinadas habilidades y competencias.

No quiero extenderme en exceso explicando el DAFO para valoración de formación, ya que nos tienes a tu entera disposición para resolver cualquier duda que puedas tener al respecto.

Quiero proponerte ahora un siguiente paso para avanzar en el camino de la decisión sobre tu formación.

Contrasta tu percepción 

Una vez hayas realizado el análisis desde tu propuesta de valor y tu esencia, es importante contrastar tu percepción de las necesidades de formación que hayas podido detectar. Un recurso muy útil es pedir feedback a aquellas personas que pueden enriquecer tu visión:Personas que hayan trabajado o colaborado contigo y puedan ayudarte a valorar tu puesta en práctica de determinado talento o competencia. Imagina, por ejemplo, que has detectado que necesitas mejorar tu habilidad para hablar en público (basándote en que lo pasas mal cuando tienes que hacerlo) y al contrastar con otras personas qué comportamientos observables tienes cuando te comunicas en público, recibes un feedback que indica que eres un buen orador que consigue transmitir lo que pretende. Imagina que hubieras pagado un curso para aprender a hablar en público cuando todo indica que lo sabes hacer y que simplemente necesitas ocuparte del malestar que te genera hacerlo.

Cuenta con los verdaderos expertos

Con ello me refiero no a los que tienen paredes llenas de certificaciones o imparten clases sobre el conocimiento o habilidad que necesitas contrastar. Me refiero a los profesionales que ponen esa competencia en práctica día a día, las personas que se dedican a hacer camino en tu sector, tus referentes profesionales. Seguro que estarán encantados de responder a tus dudas sobre qué formaciones son imprescindibles para poder desempeñar tu trabajo de forma adecuada, responsable, con rigor. Pregúntales qué formaciones les han resultado más útiles para su trabajo, cuáles son las instituciones que recomiendan y qué habrían hecho de forma distinta con respecto a su carrera formativa. Además de obtener información muy valiosa, estarás haciendo networking del bueno, del que tiene sentido porque aporta valor a las dos partes. A ti por el aprendizaje y al experto consultado por servir de ejemplo y guía para otros.

“La humildad es la única verdadera sabiduría que nos prepara para todos los posibles cambios de la vida.” George Arliss

Soluciones diferentes para habilidades diferentes

¿Lo que necesitas mejorar es una habilidad relacional, técnica o tecnológica? Porque dependiendo de cuál se trate puedes valorar otros recursos muy útiles para elevar su nivel de desarrollo.

Habilidades relacionales: Hablo de empatía, comunicación, hablar en público, liderazgo, escucha y un largo etcétera de habilidades que tienden puentes entre las personas para que gracias a la relación que se establece entre ellas, consigan determinada meta. También hablo de resiliencia, asunción de riesgos, organización y otras tantas habilidades que nos ayudan a relacionarnos con el entorno para favorecer la consecución de objetivos.En el caso de las habilidades relacionales, una “cápsula” de formación puede no estar sacando el máximo partido de los recursos que tienes a tu alcance para desarrollar tu nivel de competencia. La práctica real de esas relaciones, compartir espacio de aprendizaje con otras personas, salir al mundo, crearte experiencia, deberían ser elementos tanto o más importantes como una formación para mejorar tus habilidades relacionales.¿Crees que se puede aprender a ser líder solo asistiendo a un curso de liderazgo? ¿Crees que puedes aprender a escuchar leyendo sobre los huesitos que componen el oído interno?

Habilidades técnicas: Con esto me refiero a aquellos conocimientos y habilidades específicas para desarrollar una actividad o tarea concreta que requiere cierto grado de técnica. Estas son las habilidades más susceptibles de formación y las que pueden requerir certificaciones, propuestas formativas regladas o formales.

Habilidades tecnológicas:La tecnología es el factor que más rápidamente está cambiando y que más está incidiendo en nuestras necesidades de actualización y mejora de habilidades y conocimientos. En este caso me parece importante en primer lugar, evaluar qué nivel de manejo de determinada tecnología demanda el mercado para nuestras funciones, en segundo investigar y tomar conciencia de las oportunidades y amenazas que podrían desprenderse de las tendencias tecnológicas, y ya que con frecuencia las opciones de educación formal no avanzan ni se actualizan a la velocidad que necesitamos, se nos hace necesario en tercer lugar valorar constantemente opciones de formación informal como MOOCs, tutoriales y eventos para poder estar al día en nuestros conocimientos tecnológicos prioritarios.

Mención especial merece para nosotros el auto-conocimiento como capacidad humana a desarrollar. Por favor, desconfía de las promesas que venden que aprenderás a cambiar al curso de tu vida en 2 días, que podrás controlar tus emociones viendo 4 vídeos. Creo que esto no necesita más explicación. Sin embargo, como ser humano en primer lugar y persona dedicada a las personas en segundo, soy consciente de que ser objetiv@ con un@ mism@ y ver la luz que reside en nuestras sombras puede ser difícil. Por eso es importante que reflexiones con quién o qué recursos vas a contar en ese camino de auto-descubrimiento. 

Filtro para evaluar qué formación se adapta a tus necesidades

El entorno VUCA en el que nos movemos y desarrollamos exige que seamos dueños de nuestro aprendizaje y formación, nos impulsa a dirigir nuestras carreras formativas y complementarlas con diversas fuentes y recursos. Por eso es importante que sepamos estructurar y revisar continuamente nuestro itinerario formativo, nuestros entornos de aprendizaje.

Para ponerte un poco más fácil la creación de tu propio itinerario y la toma de decisiones consciente en lo que a tu formación se refiere, hemos creado una especie de guía de 10 puntos con el fin de ayudarte a determinar si un recurso formativo se adapta a tus necesidades, y así evitar caer en el síndrome de formación inconsciente. ​1. Establecer un plan de revisión de habilidades, competencias, tendencias y oferta formativa de forma periódica.2. Desconfiar de las promesas de formación milagrosa, las soluciones vitales en 3 días. La única solución inmediata que conozco de realmente funciona es el café soluble. 3. Una buena formación normalmente requiere una inversión de recursos acorde. Como formadora soy consciente de toda la dedicación y movilización de recursos que requiere el diseño y ejecución de una formación, así que, si valoras los resultados que quieres obtener de una formación, es necesario que valores en proporción el coste que supone y la implicación que merece.4. Importancia de regular y contrastar expectativas.Cuando analices una propuesta formativa, te invito a que definas concretamente qué entiendes que esa formación te permitirá conseguir a la luz de su folleto de venta. Realiza entonces una consulta personal a la organización del curso/taller en cuestión para que te confirmen si has entendido bien lo que puedes esperar de su propuesta.5. Conectar con tus necesidades a nivel de disponibilidad de tiempo, recursos materiales, desplazamientos, cómo van a examinar tus conocimientos, etc. No valorar una formación en el marco de tus circunstancias vitales puede traerte frustración y desgaste.6. Valorar otros recursos valiosos para crear una corriente continua de conocimiento. Se trata de crear tu entorno de aprendizaje constante a través de vídeos, charlas TED, podcasts, conferencias, asistencia a eventos, feed de noticias, perfiles a los que seguir en RRSS. La clave está en priorizar fuentes, hacer una buena cura de la información que te llega y determinar qué tiempo vas a dedicar a nutrirte de sus resultados para que no se convierta en una fuga de energía y tiempo.7. La clave en un entorno laboral tan cambiante es convertir la información en conocimiento que aumente el valor de tu propuesta y nutra tu marca personal. Mejor poco y bueno que mucho e imposible de asimilar. Estamos en la era de la democratización de la información, cualquiera con un smartphone puede acceder a datos de forma inmediata, por lo que el valor se encuentra en cómo asimilas, integras, compartes y utilizas la información para transformarla en conocimiento y aprendizajes.8. Antes de formarte en algo pensando en tus clientes, conoce las necesidades de tus clientes. Que Big Data sea una de las tecnologías que más están impactando en la creación de productos personalizados y que tú ofrezcas un producto personalizado a tus clientes, no significa que Big Data sea una prioridad para mejorar el alcance de tu propuesta de valor.9. Trata de valorar de dentro a afuera, por eso el auto-conocimiento es importante. Pregúntate, ¿Qué te hace pensar que necesitas esa formación? Reflexiona acerca de cómo aprendes mejor ¿Mirando, escuchando, practicando? ¿A tu ritmo o en grupo?10. Si valoras solo una opción no estás eligiendo realmente, si valoras dos opciones corres el riesgo de elegir la menos mala, valora al menos 3 propuestas/formatos para alcanzar tu objetivo formativo.

Y para terminar…

Si eres formador/a: Sé honest@ por favor. Las personas confían en ti para mejorar su nivel de desarrollo, así que no prometas lo que no puedes cumplir y ten presente que ser buen@ haciendo algo no te convierte en un/a buen/a formador/a para que otros aprendan a hacerlo.

Esperamos de corazón que este post, la herramienta y la guía te ayuden a diseñar tu camino de formación y poner en valor todo lo que puedes aportarle al mundo. Nos encantará saber tu feedback.

“Los analfabetos del s. XXI no serán aquellos que no sepan leer o escribir, sino aquellos que no puedan aprender, desaprender y reaprender.” Alvin Toffler

Autoconocimiento, Crecimiento